Dos hombres terminaron tras las rejas luego de que patrullas de la Policía Preventiva les ocuparan dos motocicletas reportadas como robadas en la provincia San Juan. Los detenidos identificados como Rafael Encarnación y Javi de León Cuevas fueron sorprendidos en Las Matas de Farfán con una Platina y una Xpress, ambas color azul, que habían sido sustraídas horas antes. Las unidades quedaron retenidas mientras el Ministerio Público inicia el expediente.
De acuerdo con la uniformada, la pareja pretendía llevar los vehículos hasta la línea limítrofe con Elías Piña para revenderlos en territorio haitiano, una ruta conocida por traficantes que se aprovechan de los débiles controles aduanales y la alta demanda de repuestos al otro lado de la frontera.
El fenómeno dista de ser aislado. En 2024 se denunciaron 3,962 robos de motocicletas en todo el país, lo que equivale a un caso cada 2 horas y 10 minutos, según estadísticas divulgadas este año por la propia Policía Nacional. San Juan, Azua y Elías Piña figuran entre las provincias donde el delito repunta porque las unidades pueden cruzar caminos vecinales sin registro ni placas visibles.
La frontera también es un imán: en apenas dos meses de operativos entre julio y septiembre, el Ejército dominicano decomisó más de 180 motocicletas y casi un centenar de vehículos usados en contrabando de mercancías y tráfico de personas. Muchas de esas motos habían sido reportadas en Santo Domingo y Santiago y terminaron ofrecidas a cazadores de “ganga” en los mercados informales de Haití.
Especialistas advierten que el robo de motocicletas alimenta otros flagelos: desde el trasiego de drogas hasta el transporte de migrantes irregulares. Mientras tanto, el gobierno lanzó este año el Pacto Nacional por la Seguridad Vial, con la meta de reducir 15 % anual las muertes en carretera y fortalecer la fiscalización sobre cascos, matrículas y seguros, medidas que podrían complicar la reventa de motos robadas.
Encarnación y De León Cuevas enfrentarán cargos por receptación y asociación de malhechores. Si la justicia les dicta prisión preventiva, pasarán meses tras las rejas mientras avanza la investigación. Para los dueños legítimos, la recuperación de sus motores dependerá de demostrar propiedad y cubrir los trámites de rigor, un proceso que suele tardar más de lo deseado.
Los expertos recomiendan grabar el chasis, conservar facturas y usar localizadores GPS económicos disponibles en el mercado criollo. Al final, prevenir sigue siendo más barato que salir a buscar un motor perdido en la frontera.