El Hospital Universitario Docente Traumatológico Dr. Ney Arias Lora volvió a marcar la diferencia en la salud pública dominicana. Su dirección anunció la entrega de RD$22.5 millones en bonos de alto desempeño para los más de 1,800 colaboradores que sostienen la operación del centro, desde cirujanos hasta personal de limpieza.
Según Noticiassin, el director del hospital, Dr. Julio Landrón, explicó que el dinero proviene de los excedentes facturados al Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) y a otras aseguradoras, en cumplimiento de la guía conjunta del Ministerio de Administración Pública y la Red Pública de Servicios de Salud. La distribución se realizó por departamentos y méritos individuales; muchos empleados recibieron el equivalente a “un sueldo 13” adicional.
El directivo calificó la entrega como “histórica” y subrayó que el incentivo no solo reconoce el trabajo bien hecho, sino que compromete a los equipos a mantener una atención “humana, oportuna y de calidad”. La iniciativa se alinea con el modelo de pago por productividad que el SNS empezó a implementar hace tres años para atacar la fuga de talento hacia el sector privado.
Los recursos llegan en un momento en que SeNaSa reporta inversiones récord: más de RD$60 mil millones destinados a la red pública durante 2024, un aumento de 12 % con relación al año previo. Ese incremento, apunta la entidad, permitió mejorar infraestructura, suplir medicamentos y—como demuestra el Ney Arias Lora—recompensar el buen desempeño del personal.
La estrategia no es exclusiva del hospital traumatológico de Santo Domingo Norte. Hace apenas unos días, el Hospital Materno Dr. Reynaldo Almánzar anunció un reparto de RD$20.3 millones entre su plantilla. La tendencia confirma que los incentivos ya forman parte de la cultura de gestión dentro de los principales centros de la red pública.
Especialistas en administración sanitaria consultados señalan que estos bonos tienen un doble impacto: elevan la moral de los equipos y reducen la rotación de profesionales clave—sobre todo enfermeras y técnicos de imágenes—cuyos salarios base siguen rezagados frente al sector privado. Además, al vincular la retribución a indicadores de productividad, se empuja a los departamentos a cumplir metas específicas, desde reducir los tiempos de espera en emergencias hasta aumentar la facturación de procedimientos complejos.
El Dr. Landrón adelantó que, tras los resultados obtenidos, el hospital proyecta implantar un tablero digital de métricas en tiempo real para que cada servicio conozca su contribución al incentivo global. También se evaluará la posibilidad de sumar variables como la satisfacción del paciente y el índice de reingresos para que la recompensa no dependa solo de la producción, sino de la calidad clínica.
Para los pacientes, la medida se traduce en equipos más motivados y, por tanto, en un servicio que aspira a ser más rápido y eficiente. Y para el personal, como dice un enfermero veterano del área de cuidados intensivos: “No es solo el dinero, es saber que lo que uno hace se reconoce; uno se siente parte del juego, no un simple espectador”.
Con iniciativas como esta, el Ney Arias Lora se consolida como referente nacional de gestión hospitalaria, mostrando que la salud pública puede ser competitiva cuando se combinan control de costos, incentivos bien diseñados y un liderazgo que apuesta por la transparencia.
