En pleno Día Mundial Sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le jaló las orejas a los gobiernos y les exigió sacar del mercado todo producto de tabaco o nicotina que venga sazonado con mentol, chicle, algodón de azúcar o cualquier saborcito que ponga a los muchachos a “vapear” como si fuera cosa de juego.
Según reseña la agencia EFE desde Ginebra, Tedros Adhanom Ghebreyesus director de la OMS advirtió que esos aromas “están alimentando una nueva ola de adicción” y echando por tierra años de avances contra un enemigo que todavía mata a ocho millones de personas al año. El organismo avisa que las bolsitas de nicotina, los vapes desechables y el tabaco calentado vienen en envases tan llamativos que funcionan como caramelos con nicotina incorporada.
La preocupación no es puro dramatismo la Unión Europea erradicó los cigarrillos mentolados en 2020, y el propio Tedros cita esa experiencia como prueba de que el veto funciona. En Estados Unidos, la FDA planteó en 2022 extender la prohibición al mentol y a los cigarros saborizados; el expediente sigue sobre la mesa mientras los lobbies tabacaleros maniobran para frenarlo.
Los datos de los CDC refuerzan la alarma cuatro de cada diez estudiantes que vapean allá prefieren sabores mentolados o de frutas, un patrón que dificulta que abandonen el hábito. Y la discusión se calienta incluso a nivel estatal; basta ver cómo en febrero pasado legisladores de Nueva York propusieron vetar las bolsitas saborizadas tipo Zyn para no repetir la película del vapeo adolescente.
En Latinoamérica la película está a medio rodar. Sólo una veintena de países tienen reglas explícitas contra los sabores, y República Dominicana todavía no define si pondrá candado total o parcial. En la última encuesta escolar GYTS, uno de cada tres chicos dominicanos de 13-15 años admitió haber probado un producto de nicotina; la mitad lo hizo porque “olía y sabía bien”, según los técnicos de la OPS.
La OMS insiste en que prohibir sabores es la salida más directa elimina el “gancho” sensorial que atrae a los jóvenes y evita que los fumadores adultos retrasen la decisión de dejarlo. Pero el organismo advierte que la ley debe ir de la mano con impuestos altos, campañas de prevención y control férreo del marketing en redes sociales, donde los influencers disfrazan los vapes de gadgets de moda.
¿Y nosotros? Mientras se decide el futuro del proyecto de ley antitabaco, el Ministerio de Salud Pública tiene la pelota en su cancha puede, por resolución, frenar la importación de vapes y bolsitas saborizadas. Si algo enseña la evidencia internacional es que esperar mucho cuesta vidas y las cuentas, al final, las paga el sistema de salud.