En su reunión ministerial 37.ª, el cártel y sus aliados pospusieron tres meses el inicio del desmonte de los recortes y alargaron la vigencia de las restricciones de 3.65 millones de barriles diarios 5.7 % de la demanda mundial hasta finales de 2026.
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Oferta tensa, demanda floja. La decisión llega cuando la Agencia Internacional de Energía prevé el menor crecimiento de la demanda desde 2001 (fuera de crisis) y el shale norteamericano limita su expansión ante precios planos.
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Cláusula pro-EAU. Abu Dabi obtuvo luz verde para sumar 300 000 b/d desde abril de 2025, una concesión clave que evitó el veto emiratí y expone la fragilidad interna del grupo.
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Objetivo político. Riad y Moscú buscan sostener un Brent por encima de US$70 para financiar agendas domésticas y amortiguar el impacto de las sanciones; sin embargo, el mercado se mantiene incrédulo y el contrato de julio cotiza debajo de US$66.
Repercusiones
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Inflación importada. Para Centroamérica y el Caribe economías dependientes de fuel-oil para generación prolongar la escasez artificial añade presión al índice de precios, sobre todo en transporte y electricidad.
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Transición energética: pausa o acelerador. Precios estancados en torno a US$65-70 pueden frenar la inversión en renovables si los márgenes fósiles siguen siendo atractivos; pero la volatilidad reiterada refuerza el argumento de diversificar la matriz.
El anuncio es menos una señal de fortaleza que un síntoma del declive de la disciplina interna Kazajistán y Nigeria sobrepasan sus cuotas sin sanción, y la propia Arabia Saudita vende a descuento en Asia para retener cuota. Si la debilidad de la demanda persiste y el fracking se reactiva ante cualquier alza temporal de precios, el cártel corre el riesgo de quedar atrapado: precios deprimidos y sin margen para recortes adicionales.