Padre se lanza al mar desde crucero Disney Dream para salvar a su hija

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El último día de un crucero familiar por las Bahamas casi termina en tragedia cuando una niña cayó por la borda del Disney Dream frente a las costas de Fort Lauderdale. Su padre no lo pensó dos veces saltó desde la cuarta cubierta para mantenerla a flote hasta que un bote de rescate los recogió unos diez minutos después, entre vítores de los pasajeros.

Según la agencia EFE, el incidente activó de inmediato el código “Mr. MOB” (man overboard), lo que puso en marcha al equipo de emergencia de la nave, con capacidad para 4 000 personas. La tripulación lanzó boyas, detuvo el barco y desplegó una lancha que logró izar con vida a padre e hija. El capitán felicitó públicamente al equipo y retomó la ruta apenas los médicos confirmaron que ambos estaban estables.

Testigos citados por varios medios describen un “golpazo” en el agua y gritos que helaron la sangre. Una pasajera contó que madre y tripulación “se movieron como un solo cuerpo” mientras el resto miraba en silencio, temiendo lo peor. La escena duró menos de veinte minutos, pero parecería eterna cuando el Caribe luce tan azul y tan hondo.

Aunque dramáticos, estos casos son raros. El promedio anual se mantiene entre 20 y 25 personas que caen al mar desde cruceros en todo el mundo, según la Cruise Lines International Association (CLIA).  En 2024 se registraron 19 incidentes confirmados uno por cada 7,7 millones de pasajeros y solo un 28 % de los afectados sobrevive.

Disney Cruise Line asegura que toda su flota lleva cámaras térmicas y radares capaces de detectar “puntos calientes” en el océano, cumpliendo la ley de Seguridad de Buques de Pasajeros vigente en EE. UU. desde 2010. Ese sistema automatizado reduce el tiempo de respuesta a segundos, un factor crítico cada minuto que pasa baja en picada la temperatura corporal y sube el riesgo de ahogamiento.

Más allá de la tecnología, expertos en seguridad marítima insisten en la prevención. Las barandillas superan el 1,10 m, pero las selfies junto al pasamanos y el consumo de alcohol siguen siendo la principal causa de caídas accidentales. La línea recomienda mantener siempre ambas manos libres al tomarse fotos y jamás sentarse en las barandas.

En tierra firme, la historia ha circulado como un “milagro doble” en redes. Sin embargo, la hazaña paterna también recuerda que el océano no perdona descuidos diez minutos en aguas abiertas pueden ser la diferencia entre un final feliz y una estadística más. La próxima vez que subas a cubierta, disfruta la vista, pero como diría cualquier marinero curtido agárrate bien y guarda el heroísmo para la pantalla grande.

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