Papa León XIV primer mensaje de paz y puertas abiertas en la Iglesia

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El balcón central de la basílica de San Pedro volvió a ser escenario de historia viva Robert Francis Prevost, agustino nacido en Chicago y nacionalizado peruano, se presentó al mundo como León XIV y trazó, en su primer mensaje, una ruta de paz y apertura para la Iglesia católica.

Según la agencia EFE, el pontífice visiblemente conmovido leyó un discurso extenso, algo inusual para ese momento litúrgico, en el que alternó inglés, italiano y un español cariñoso dedicado a «mi querida Chiclayo». Allí exhortó a “construir puentes con el diálogo” y a convertirse en “una Iglesia sinodal, misionera y cercana a quienes más sufren”.

A sus 69 años, León XIV se convierte en el primer papa nacido en Estados Unidos y el primero con doble ciudadanía norteamericana-peruana. Su elección alcanzada en la cuarta votación de un cónclave inusualmente veloz refleja el peso creciente del continente americano en la curia y la continuidad de la agenda reformista de Francisco, bajo cuyo pontificado Prevost dirigió el Dicasterio para los Obispos.

El nuevo pontífice llega con un currículum forjado entre los barrios populares de Chicago y las misiones amazónicas de Perú. Como prior general de los agustinos (2001-2013) y luego obispo de Chiclayo, ganó fama de negociador hábil y pastor cercano. Analistas vaticanos destacan que su conocimiento profundo de América Latina y su experiencia supervisando la elección de obispos lo convierten en un “puente natural” entre norte y sur.

Su homilía inaugural, centrada en una “paz desarmante, humilde y perseverante”, parece un eco directo de los retos geopolíticos del momento guerras que resucitan viejas fronteras en Europa, dictaduras que ahogan voces en África y el drama migratorio que golpea el continente americano. Al invocar “una sola familia humana”, León XIV no solo marcó prioridades pastorales; también envió un mensaje diplomático a cancillerías que aguardan el peso moral de Roma para destrabar crisis humanitarias.

Más allá de la emoción del día, el reto que asume es enorme. El Sínodo sobre sinodalidad entra en fase decisiva, persisten escándalos financieros en organismos periféricos y crece la presión interna para abrir más espacios de liderazgo femenino. En la curia ya se habla de un próximo “Motu proprio” enfocado en la transparencia de cuentas diocesanas, una señal de que el nuevo papa planea pasar del discurso a la reforma estructural con la misma firmeza que mostró al bendecir a la multitud.

Finalmente, su guiño a la devoción popular un Ave María por la paz resonó con fuerza en el Caribe y América Latina, regiones donde los santuarios marianos son termómetro social. Desde ahora, León XIV carga con la expectativa de millones que ven en él la síntesis de dos mundos y la promesa de una Iglesia que, sin renunciar a la tradición, se atreva a tender puentes sobre las grietas de nuestro tiempo.

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