La Plaza Roja se alista para un desfile que va mucho más allá del recuerdo bélico el Kremlin aprovechará el 80.º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi para mostrar al mundo una alianza que desafía abiertamente el orden internacional liderado por Occidente. La fecha, 9 de mayo, coincide con la conmemoración rusa del fin de la Segunda Guerra Mundial, mientras que europeos y estadounidenses la celebran un día antes.
Según la agencia EFE, Vladímir Putin recibirá a casi una treintena de jefes de Estado y de Gobierno entre ellos los presidentes de China y Brasil con banquetes, conciertos y la promesa de un “nuevo consenso mundial” que reduzca la influencia de Washington y sus aliados.
El espectáculo llega empañado por la propia tregua de 72 horas que Moscú decretó “por motivos humanitarios” en Ucrania. Kiev la tildó de maniobra propagandística y denunció 734 violaciones rusas solo en la primera mitad del jueves, cifras que convierten el alto el fuego en letra muerta.
La presencia de Xi Jinping su primera visita a Rusia en dos años confirma que Estados Unidos no ha logrado abrir brecha entre Pekín y Moscú. El líder chino desfilará en tribuna junto a tropas de su país, un guiño simbólico que subraya la sintonía estratégica entre ambos gigantes.
También aterriza Luiz Inácio Lula da Silva, dispuesto a retomar su papel de mediador en la guerra ucraniana y a tensar de paso la cuerda con Washington. Es su primer viaje oficial a Moscú durante esta nueva presidencia y coincide con la exclusión de Venezuela del bloque BRICS una decisión que Brasil prefirió mantener, lo que deja entrever sus propios límites diplomáticos.
No todos han llegado sin trabas. Varios países bálticos cerraron su espacio aéreo al vuelo del eslovaco Robert Fico y del serbio Aleksandar Vučić, obligándolos a un rodeo que sirvió de recordatorio de la fractura europea frente a Moscú.
La capital rusa, mientras tanto, vive bajo una coraza de seguridad: más patrullas, estaciones de metro vigiladas y restricciones de internet en el centro desde el 5 de mayo hasta después del desfile. Las autoridades admiten que el apagón digital es “para prevenir provocaciones”, aunque críticos lo ven como otra mordaza preventiva.
La paradoja salta a la vista Rusia apela a la memoria de la lucha contra el fascismo mientras corteja a gobiernos señalados por su autoritarismo. Además, exhibe músculo militar al mismo tiempo que clama humanidad con un cese al fuego que sus propias fuerzas incumplen. Esa contradicción erosiona la narrativa de un Kremlin que insiste en redefinir la geopolítica sobre el principio de “no injerencia”, pero que necesita el conflicto ucraniano para justificar su peso internacional.
Para América Latina, la foto de Lula al lado de Putin y Xi refuerza la aspiración de un Sur Global más autónomo, aunque las economías de la región dependen todavía y mucho de los mercados occidentales. RD, como socio comercial de EE. UU. y observador atento de China, tendrá que hilar fino si este bloque alternativo se consolida y empieza a fijar nuevas reglas en organismos globales. Lo cierto es que el 80.º Día de la Victoria no solo revive un pasado heroico; también adelanta una dura pugna por el reparto del poder en los próximos años.