Un avión de la aerolínea Frontier, procedente de Orlando, vivió un episodio inusual durante su llegada al Aeropuerto Luis Muñoz Marín de San Juan. La aeronave, con 228 ocupantes, se vio obligada a ejecutar maniobras adicionales al tocar pista, lo que generó inquietud entre quienes aguardaban noticias en tierra. Pese al sobresalto, ningún pasajero sufrió lesiones y las autoridades declararon segura la infraestructura aeroportuaria tras la inspección de rigor.
Tal como informa EFE, el incidente implicó un acercamiento inicial a la pista diez, momento en que el aparato tuvo que ascender de nuevo y efectuar el aterrizaje definitivo en la pista 8-26. De inmediato se activaron los protocolos de emergencia de Aerostar Puerto Rico, compañía que gestiona el aeródromo, desalojando a los viajeros por una ruta de rodaje con apoyo de personal especializado. El director de operaciones, Nelman Nevarez Padilla, precisó que “el avión no se incendió” en ningún momento, contradiciendo algunas publicaciones surgidas en redes sociales.
Para robustecer la seguridad, los equipos de primera respuesta del aeropuerto verificaron que los alrededores de la pista quedaran libres de residuos y protegidos para posteriores despegues y aterrizajes. De acuerdo con reportes oficiales, cerca de diez vuelos se mantenían en espera en pleno aire, lo que causó demoras temporales. Un par de esos aviones regresó al aeropuerto de Fort Lauderdale, mientras que otros tres fueron redirigidos al Aeropuerto Rafael Hernández, en Aguadilla.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) destaca que este tipo de sucesos, conocidos como “ida al aire” o go-around, son procedimientos estándar y se ejecutan con frecuencia cuando las condiciones de pista no satisfacen los parámetros de seguridad. Así las cosas, aunque supongan un sobresalto para los pasajeros, resultan una medida preventiva diseñada para evitar incidentes mayores.
Múltiples expertos en aviación confirman que las interrupciones al aterrizar no deben interpretarse como fallas catastróficas, sino como un síntoma de que la tripulación y los protocolos funcionan correctamente. En este caso, tanto Frontier como Aerostar realizaron las coordinaciones pertinentes para atender a los viajeros y reanudar la actividad aérea con celeridad. Aunque el suceso comprometió la puntualidad de algunos vuelos, la prioridad se centró en preservar la integridad de los pasajeros y la tripulación, algo que, según las autoridades, fue alcanzado sin contratiempos.