Plan fiscal de Trump Casa Blanca rechaza críticas de Elon Musk

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La Casa Blanca se plantó firme este jueves para defender el “One Big Beautiful Bill”, la pieza central del programa fiscal del presidente Donald Trump, y a la vez extendió un “gracias, pero hasta aquí” a Elon Musk tras su salida del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Según despachos de EFE, la portavoz Karoline Leavitt aseguró que el plan recortará US $1.6 billones en gasto “despilfarrador” y negó que agrande el déficit, como advirtió Musk. Leavitt pidió al Senado acelerar la votación y enviar el texto al Despacho Oval cuanto antes.

Sin embargo, el panorama fiscal luce más turbio de lo que pinta la Casa Blanca. El último análisis independiente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) calcula que, aun con los recortes, la combinación de rebajas tributarias y nuevos incentivos elevaría el déficit en cerca de US $3.8 billones a diez años. Voces como la Tax Foundation coinciden en que la cifra de ahorro citada por Leavitt es, en el mejor de los casos, “parcial”.

Musk, quien fungía como “zar de la austeridad”, calificó la iniciativa de “proyecto de gasto masivo” durante una entrevista con CBS Sunday Morning y se despidió vía X con un mensaje agradeciendo “la oportunidad de reducir el despilfarro”. El empresario alega que la medida “socava el trabajo” de su equipo y revierte meses de auditorías internas en agencias federales.

El golpe mediático no ha pasado desapercibido: editoriales en EE. UU. hablan de una fisura dentro del propio bloque republicano, mientras analistas recuerdan que Musk había prometido podar US $2 billones del gasto público, meta que nunca llegó a materializarse.

Por ahora, la vocería presidencial evita confirmar sustituto en DOGE “Los líderes de eficiencia somos todos los miembros del gabinete y el presidente”, zanjó Leavitt. La incertidumbre alimenta especulaciones sobre quién vigilará la tijera presupuestaria justo cuando el Senado entra en fase de enmiendas, un proceso donde el ahorro suele adelgazar.

La discusión se da, además, con un déficit proyectado de US $1.9 billones para el próximo año fiscal, según la CBO, y con el techo de la deuda otra vez en el radar. Para los mercados, el pulso entre Musk y Trump eleva la tensión Wall Street observa de cerca el impacto en los bonos del Tesoro y en las tecnológicas que orbitan la cartera del magnate.

En la aritmética política, Trump aún dispone de la mayoría simple que otorga la reconciliación presupuestaria, pero cada deserción republicana encarece el voto final. Como resume Al Jazeera, el mandatario “quitó hierro” a las críticas, aunque el ala fiscalista del partido busca ajustes que limiten nuevas deducciones impositivas.

A falta de Musk en el organigrama, la Casa Blanca apuesta a que la narrativa del ahorro cale más que las sumas de la CBO. El Senado tendrá la última palabra si reduce los beneficios tributarios para cuadrar las cuentas, corre el riesgo de desinflar el slogan del “Gran y hermoso proyecto de ley”; si lo aprueba tal cual, deberá convencer a los votantes de que más gasto hoy significará menos deuda mañana. En Washington, nada de eso se da por sentado.

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