San Juan de la Maguana. El general Frank de los Santos Encarnación, director regional Oeste de la Policía Nacional, se lanzó a la calle literalmente para recordarles a dueños y administradores de negocios que la acera no es extensión del local, sino patrimonio común. En una ruta nocturna que incluyó el centro de la ciudad, Villa Flores, Guachupita, Cristo Rey, Villa Liberación y Los Corbanos, el oficial se detuvo negocio por negocio, conversando sobre seguridad, libre tránsito y la responsabilidad de cada quien en la prevención del delito.
El mensaje no se quedó en teoría. De los Santos habló de poner manos a la obra: retirar mesas que obstruyen pasos peatonales, reforzar cámaras y alarmas, y, sobre todo, mantener una línea directa con las patrullas de proximidad. Los comerciantes, que ya venían arrastrando la preocupación por robos menores, saludaron la iniciativa y destacaron que el diálogo constante con la uniformada mejora la confianza y agiliza la respuesta ante cualquier eventualidad.
Las cifras nacionales refuerzan la apuesta. Un informe de Insight Crime reveló una caída de 16.4 % en la tasa de homicidios del país durante 2024, tercer año consecutivo a la baja. El Ministerio de Interior y Policía, por su parte, contabilizó 126 homicidios y casi 20 mil robos menos que en 2023, gracias según la entidad a la combinación de vigilancia comunitaria y patrullajes focalizados. Incluso en la pasada Semana Santa, los delitos contra la propiedad se redujeron 44.8 % respecto al año anterior, de acuerdo con datos oficiales.
El recorrido también sirvió para escuchar quejas que van más allá de la seguridad. Amas de casa del barrio Cristo Rey se quejaron del precio de la carne y otros productos de la canasta básica, recordándole al general que “la olla también es un tema de orden público”. Aunque la inflación de alimentos escapa al ámbito policial, la conversación derivó en la promesa de coordinar operativos mixtos con el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) para vigilar la especulación de precios.
En síntesis, la jornada dejó claro que mantener las calles libres y seguras no depende sólo de patrullas implica comerciantes conscientes, consumidores vigilantes y autoridades dispuestas a escuchar. Si la estrategia se mantiene, San Juan podría convertirse en un caso de estudio sobre cómo la gestión del espacio público incide y mucho en la reducción de la criminalidad y en la calidad de vida del barrio.