Amanecimos con el sol “tumba coco”, un cielo ligeramente blanquecino por la calima y esa sensación de sauna que se mete en los huesos. La mañana pinta estable, con muy pocas nubes, pero el termómetro ya coquetea con los 32 °C y el ambiente permanece cargado de diminutas partículas de polvo sahariano.
Según el boletín oficial del Instituto Dominicano de Meteorología (INDOMET) divulgado la mañana de este sábado 24 de mayo, el anticiclón atlántico sigue dominando la región, limitando las lluvias en el horario matutino. Ese mismo patrón, no obstante, crea un tapón caliente que, combinado con el polvo del Sahara, eleva la sensación térmica y puede disparar el índice UV a rangos muy altos.
Para la tarde, el juego cambia el calentamiento diurno y las montañas se alían para “desatar la greña” sobre puntos del interior. Se pronostican nublados breves con aguaceros de moderados a fuertes, tronadas aisladas y ráfagas de viento en Monte Plata, Hato Mayor, El Seibo, San José de Ocoa, la Vega, el sur de Santiago, Elías Piña y San Juan. En la costa Sur including la capital los chubascos serán más pasajeros, pero igual pueden sorprender.
Con este calor “a fuego”, las autoridades insisten hidrátense bien, eviten el sol de 11 a.m. a 5 p.m., usen ropa clara y ligera, y busquen sombra o espacios ventilados. El polvo sahariano irrita ojos y vías respiratorias; quienes padecen asma o rinitis deben reforzar la mascarilla al aire libre.
Domingo de las Madres: el amanecer llegará sereno y brillante, ideal para el brindis de doña, pero a partir del mediodía el calor se sentirá igual o peor. Se prevén aguaceros aislados al final de la tarde en La Altagracia, Hato Mayor, Santo Domingo y San Cristóbal; nada que dañe la celebración, pero suficiente para mojar un patio sin avisar.
Lunes: la semana arranca con mayor concentración de polvo sahariano, manteniendo el cielo brumoso y el calor pegajoso. Una onda tropical y una vaguada romperán la estabilidad vespertina, generando aguaceros y tronadas en el sureste, noreste, valle del Cibao y la cordillera Central. De noche, el panorama vuelve a cielo parcialmente despejado.
Aunque esta nube de polvo es frecuente entre mayo y julio, la llegada temprana y la intensidad advertida este año recuerdan el episodio de 2020, cuando la llamada “Godzilla” afectó la calidad del aire en el Caribe. La diferencia es que ahora la capa es más fina y viene acompañada de un anticiclón potente, lo que dispara la sensación térmica pero tiende a frenar las lluvias matutinas. Mantenerse informado y tomar precauciones es clave para evitar golpes de calor y problemas respiratorios.