Puente de la 17 CUED y MOPC coordinan reposición de postes

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El Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED) anunció su plena disposición para trabajar hombro con hombro con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) en la sustitución de los postes dañados del tendido eléctrico sobre el puente Francisco del Rosario Sánchez mejor conocido como el Puente de la 17, clave para la movilidad entre Santo Domingo Este y el Distrito Nacional.

La iniciativa parte de la premisa de que, si bien el mantenimiento estructural de los puentes recae exclusivamente en el MOPC, las distribuidoras pueden y deben entrar al terreno cuando la seguridad ciudadana y la continuidad del servicio eléctrico están en juego. Por eso Edeeste, responsable de la concesión en esa zona, ya puso su personal técnico en modo “rápido y furioso”, aunque deja claro que no puede tocar ni un perno sin la venia formal del Ministerio, tal como exige el actual marco legal.

Más allá de la urgencia inmediata, este esfuerzo conjunto desnuda la fragilidad de la infraestructura eléctrica en puntos críticos de la capital. Según el Anuario Estadístico del MOPC 2024, solo el 27 % de los puentes metropolitanos cuenta con sistemas de cableado y postes modernizados o soterrados, cifra que se reduce a 15 % cuando se trata de corredores fluviales de alto tránsito como el Ozama. El Puente de la 17, inaugurado en 1974 y sometido a cargas diarias que superan las 50 000 unidades vehiculares, es un veterano que clama por cirugía mayor, no simples curitas.

El presidente del CUED, Celso Marranzini, subraya que la coordinación interinstitucional es clave para “evitar que un daño puntual escale a un apagón masivo”. En buen dominicano: si se tumban esos postes sin un plan milimétrico, el rebote se sentiría desde Los Mina hasta la Zona Colonial. Pese a la advertencia, la entidad confía en que el MOPC emitirá la autorización en cuestión de días, permitiendo que las cuadrillas entren de madrugada cuando el flujo vehicular desciende 60 %, según la Dirección General de Tránsito Terrestre y minimicen el caos en la ribera del Ozama.

Hay, sin embargo, un elefante en la habitación: la falta de un protocolo permanente para emergencias de este tipo. El ingeniero Julio Suero, exasesor de la Superintendencia de Electricidad, apunta que “reactivar la mesa técnica CUED-MOPC de manera permanente reduciría en un 40 % los tiempos de respuesta y los costos asociados”. Esa mesa quedó en pausa en 2022 tras la renovación contractual de las EDEs, y su ausencia vuelve a pasar factura.

Mientras tanto, los moradores de barrios como Gualey, Villa Duarte y La Ciénaga cruzan dedos para que la reposición no se prolongue más de la cuenta. En esas demarcaciones, los microcortes son asunto diario: la propia Edeeste admite que, durante picos de demanda, el voltaje cae por debajo de 100 V, lejos de los 120 V nominales recomendados por la Norma Nordom 116.

A la espera de la firma oficial, el CUED prepara logística, transformadores de reserva y rutas alternas para desviar el flujo eléctrico y evitar que el Puente de la 17 se convierta en un punto ciego de la red. Como dice el refrán: más vale preparar el paraguas antes de que se rompan las nubes. Si este operativo sale bien, podría sentar el precedente para replicar la alianza público-privada en otros cruces críticos del Gran Santo Domingo el Puente Duarte y el Juan Bosch ya figuran en la lista y, de paso, dinamizar la modernización de una red que todavía arrastra torres y postes de hace medio siglo.

En definitiva, la jugada es clara una respuesta quirúrgica hoy evitará dolores de cabeza mañana, cuando la factura de la improvisación siempre llega con intereses. El balón, por ahora, está en la cancha del MOPC; el CUED y las EDES ya tienen los guantes puestos.

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