El presidente ruso, Vladímir Putin, envió este lunes un telegrama de pésame al Vaticano para honrar la memoria del papa Francisco, fallecido a los 88 años, y subrayó el papel del pontífice como “defensor permanente de los más altos valores del humanismo y la justicia”. El mensaje, difundido por el Kremlin, destaca además la “sabiduría” de Francisco y su capacidad para tender puentes en medio de tensiones geopolíticas.
Según AFP, el mandatario remarcó que, durante los once años de pontificado, el papa favoreció un diálogo fluido entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica, así como una colaboración “constructiva” entre Moscú y la Santa Sede. Minutos después, la presidencia rusa añadió que transmitirá sus condolencias de manera personal al Colegio Cardenalicio.
Las palabras de Putin rememoran una relación que incluyó tres encuentros en el Vaticano 2013, 2015 y 2019 y varias conversaciones telefónicas, la última en diciembre de 2021.Cada cita se cuidó con esmero protocolar intercambio de íconos, charlas sobre Siria y Ucrania y hasta discusiones sobre la persecución de cristianos en Oriente Medio. El círculo cercano al líder ruso describe aquellos diálogos como una “diplomacia de largo aliento” que trascendía la coyuntura.
Sin embargo, las afinidades no siempre evitaron la fricción. En marzo de 2024, Francisco sugirió que Kiev debía “izar una bandera blanca y negociar” para detener la guerra. La reacción en Ucrania fue tajante: el Ministerio de Exteriores convocó al nuncio apostólico y acusó al pontífice de legitimar “el derecho del más fuerte”, mientras Moscú calificó la propuesta de “sensata”.
Ese episodio tensó la diplomacia vaticana, pero no la detuvo. A principios de este mes, el arzobispo Paul Richard Gallagher, responsable de las relaciones exteriores de la Santa Sede, conversó telefónicamente con Serguéi Lavrov para sondear un alto el fuego parcial y facilitar nuevos intercambios de prisioneros.El Vaticano insiste en que la única hoja de ruta viable pasa por “pausas humanitarias verificables” y un diálogo directo entre las partes, algo que Moscú dice “no descartar”.
Más allá del frente ucraniano, las condolencias por la muerte de Francisco llegan de todos los rincones del planeta: desde Buenos Aires hasta Nairobi, pasando por Berlín y Manila, líderes políticos y religiosos han coincidido en elogiar la cercanía del papa con los excluidos y su empeño por la protección del medioambiente.
De cara al futuro, el Kremlin confía en que el cónclave elija a un sucesor “abierto al mismo espíritu de cooperación”. Mientras tanto, las organizaciones caritativas católicas que operan en Rusia especialmente Cáritas y Ayuda a la Iglesia Necesitada mantendrán sus programas sociales con normalidad, a la espera de nuevas directrices desde Roma.
Putin concluyó su nota con un guiño personal “Conservaré un recuerdo luminoso de este gran hombre”. En un escenario marcado por la guerra y la desconfianza mutua, ese tono casi afectuoso revela hasta dónde el pontificado de Francisco logró suavizar, al menos por momentos, la retórica entre Moscú y Occidente. Para la diplomacia rusa, perder a un interlocutor tan singular no es un detalle menor; para la Iglesia, el reto será encontrar quien mantenga vivo ese canal en tiempos inciertos.