En solo cinco meses, la Dirección General de Migración (DGM) ha repatriado a 153 144 haitianos sin papeles, una cifra nunca vista para un período tan corto y que ilustra el ritmo acelerado de los operativos de interdicción puestos en marcha desde finales de 2024.
Según datos oficiales de la DGM, mayo fue el mes más activo salieron 34 190 personas, por encima de los 32 540 de abril y de los 31 221 de enero, consolidando una tendencia al alza que las propias autoridades describen como “crecimiento sostenido”
Esta ofensiva tiene su origen en el plan anunciado en octubre de 2024 por el presidente Luis Abinader, cuyo objetivo declarado es expulsar hasta 10 000 haitianos por semana. Con esa meta sobre la mesa, los operativos se intensificaron y pasaron de redadas puntuales a despliegues permanentes en provincias fronterizas y grandes ciudades, con el Ejército apoyando a los inspectores migratorios.
Las cifras superan en 71 % las del mismo lapso de 2024, cuando la DGM registró poco menos de 90 000 repatriados. El propio organismo reconoce que el salto interanual ha sido “extraordinario” y lo atribuye al uso de nuevas bases de datos biométricas y a la coordinación con la Policía Nacional para identificar a los indocumentados en hospitales, obras y transporte público.
La estrategia incluye un protocolo sanitario estrenado el 21 de abril que vincula el acceso a los hospitales públicos con la verificación migratoria. Apenas seis semanas después, Migración reportó la deportación de 186 embarazadas haitianas y de 559 mujeres en pleno parto, captadas en 33 centros de salud repartidos por todo el país.
Organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, denuncian que la medida viola el derecho a la salud y refuerza una política “abiertamente discriminatoria” contra los haitianos, al tiempo que la ONU ha pedido revisar los protocolos para evitar devoluciones masivas de personas en situación vulnerable.
El telón de fondo es el colapso institucional en Haití. Gangs armados controlan buena parte de Puerto Príncipe y la misión multinacional liderada por Kenia apenas suma un millar de agentes, muy por debajo de los 2 500 previstos. La violencia, el hambre y el cierre de escuelas empujan cada semana a miles de haitianos hacia la frontera dominicana, colocando presión adicional sobre las autoridades en Santo Domingo.
Mientras el Gobierno celebra las cifras como prueba de que “la soberanía no se negocia”, empresarios agrícolas y del sector construcción advierten de la falta de mano de obra barata. Y aunque la popularidad de Abinader ha subido la mayoría de los encuestados apoya las repatriaciones, el costo diplomático crece Caricom y Estados Unidos han expresado preocupación por posibles violaciones al debido proceso.
De cara al resto del año, Migración prevé mantener e incluso ampliar los controles. Si el ritmo actual se sostiene, 2025 podría cerrar con más de 350 000 haitianos deportados, un récord absoluto que redefiniría la relación entre los dos países que comparten la isla. El desafío será equilibrar la seguridad fronteriza con la obligación de respetar los derechos humanos, en medio de una crisis regional que, por ahora, no muestra señales de amainar.