Sheinbaum rechaza redadas que castigan a migrantes en EE.UU

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Tal como informa EFE, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum recibió este jueves en Palacio Nacional al subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, para “buscar la mejor relación” bilateral en pleno torbellino por las redadas contra migrantes en EE.UU.

En la reunión descrita por Landau como un gesto de cortesía en su nueva función bajo la Administración Trump el equipo de seguridad mexicano presentó avances en la reducción de homicidios y compartió datos sobre confiscación de armas traficadas desde el norte. Según la Cancillería, la conversación giró en torno a tres ejes migración, seguridad fronteriza y comercio.

Migración y redadas la espina clavada

Sheinbaum reiteró que las redadas “persiguen a gente que trabaja honradamente” y advirtió del golpe económico que sufriría EE.UU. si expulsa mano de obra mexicana calificada. El nuevo secretario de Seguridad Nacional, Kristi Noem, elevó el tono al acusarla de “incitar protestas violentas” en Los Ángeles, acusación que la mandataria tachó de “absolutamente falsa” y respalda con videos donde llama a la movilización pacífica.

Aranceles al rojo vivo

El encuentro ocurrió mientras Washington evalúa duplicar hasta 50 % los aranceles al acero y aluminio, medida que, según proyecciones del Boston Consulting Group, añadiría 50 000 millones de dólares en costos aduanales para los importadores estadounidenses.México presiona para quedar exento y alista contramedidas si no hay acuerdo la próxima semana.

Balance de poder en la frontera

Landau exembajador en la Ciudad de México y recién ascendido a “número dos” del Departamento de Estado trazó una línea de continuidad frenar el tráfico de fentanilo sin criminalizar la migración laboral. Sheinbaum, por su parte, puso sobre la mesa su “Plan Sur”: invertir en Centroamérica para atacar las causas de la migración y reducir la presión en la frontera norte.

Lectura entre líneas

  1. Discrepancias públicas, coordinación privada. Mientras las declaraciones de Noem avivan la polémica, la diplomacia de ambos países sigue operando canales directos para evitar que la tensión se desborde en vísperas de la cumbre del G-7 en Canadá.

  2. Economía primero. El sector manufacturero de EE.UU., muy dependiente de exportaciones mexicanas, presiona a la Casa Blanca para que las redadas no afecten su cadena de suministro.

  3. Tarifas como moneda de cambio. México liga la cooperación migratoria a la exención de aranceles, consciente de que la campaña electoral estadounidense convierte cualquier gesto en capital político.

Landau adelantó que el secretario de Estado, Marco Rubio, viajará a la capital mexicana en julio para firmar un memorando de entendimiento sobre movilidad laboral temporal y controles de armas. Aunque la visita puede servir para bajar decibeles, la cercanía de las primarias en EE.UU. garantiza que la migración seguirá en el centro del debate.

Con este panorama, Sheinbaum apuesta a mostrar resultados tangibles reducción de delitos y estabilidad monetaria antes de la cumbre del G-7. Si logra convencer a Trump de que las redadas perjudican más de lo que ayudan, podría despejar el camino para un nuevo acuerdo comercial que deje intacta la competitividad de Norteamérica.

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