SpaceX despacha a la EEI provisiones, tomates y los relojes atómicos más precisos jamás puestos en órbita

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La madrugada de este lunes, el cielo de la Costa Espacial se iluminó cuando un Falcon 9 de SpaceX despegó puntual a las 4:15 a. m. (08:15 UTC) desde la histórica plataforma 39A en el Centro Espacial Kennedy. A bordo viajaba la cápsula Cargo Dragon con casi tres toneladas de suministros vitales y experimentos de alto calibre rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI).

Tal como reseña EFE, la nave tardará unas 28 horas en alcanzar la órbita de la estación y atracará de manera autónoma en el puerto frontal del módulo Harmony. Allí permanecerá hasta mayo, cuando volverá a la Tierra con muestras de investigación y material obsoleto para amerizar frente a las costas de California.

Tomates en microgravedad y un pulmón artificial para la Luna

Entre las cajas de víveres y repuestos, destaca el experimento Rhodium USAFA Night, que estudiará cómo responden plantas de tomate cherry a la microgravedad y a concentraciones alternativas de dióxido de carbono. El propósito es ambicioso: reducir la dependencia de la fotosíntesis tradicional y así abaratar el cultivo de alimentos en misiones prolongadas.

La carga incluye también un sensor avanzado para vigilar la calidad del aire que podría convertirse en “pulmón artificial” de los hábitats lunares y marcianos. NASA subraya que este sistema detecta compuestos volátiles en tiempo real y alerta a la tripulación antes de que los contaminantes alcancen niveles peligrosos.

ACES Europa pone en hora el espacio

El plato fuerte del manifiesto es el paquete Atomic Clock Ensemble in Space (ACES), desarrollado por la Agencia Espacial Europea y Airbus. Dos relojes atómicosel Pharao (basado en átomos de cesio refrigerados por láser) y el Space Hydrogen Maser trabajarán a la par para generar la señal horaria más estable que haya orbitado la Tierra. El brazo robótico Canadarm2 instalará el conjunto en la cara exterior del módulo Columbus, donde permanecerá 30 meses poniendo a prueba, con precisión dominicana de colmado, la relatividad general de Einstein y refinando la sincronización mundial de relojes de precisión.

Alianzas público‑privadas bajo presión presupuestaria

Esta misión CRS‑32 es la número 32 de SpaceX para la NASA desde 2012, ejemplo palpable de la estrategia de “outsourcing” espacial que la agencia defiende como antídoto ante los recortes presupuestarios propuestos para 2026. Mientras en Washington se debate reducir casi a la mitad los fondos destinados al programa de exploración, la empresa de Elon Musk amplía su cartera de contratos al incluir su megacohete Starship como futuro mula de carga pesada.

El director de transporte del programa EEI, Zebulon Scoville, recordó antes del despegue que “cada kilogramo que sube con Dragon cuesta casi un 40 % menos que hace una década”, cifra que, si bien ilusiona al Congreso, pone presión sobre Northrop Grumman, la otra firma con contrato activo, para mantener tarifas competitivas.

Qué viene ahora

Si todo marcha al pelo, Dragon efectuará un acoplamiento suave este martes 22 de abril a eso de las 8:30 a. m. (hora dominicana). Los astronautas abrirán la compuerta y comenzarán a descargar víveres, repuestos para el sistema de soporte vital y los delicados relojes atómicos. A bordo, la tripulación de la Expedición 71 liderada por la estadounidense Jeanette Epps y el ruso Oleg Kononenko dispone de apenas cuatro días para instalar el equipo antes de que el brazo robótico lo traslade al exterior.

Cuando la cápsula regrese con sus experimentos concluidos, traerá datos cruciales para la agricultura espacial, nuevas rutas para la sincronización global del tiempo y, de paso, municiones políticas para quienes sostienen que la cooperación con empresas privadas es la fórmula ganadora para mantener a la NASA y a la EEI bien surtidas sin romper la alcancía del contribuyente.

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