La madrugada del sábado cimbró a Minnesota y al país la representante estatal Melissa Hortman (54 años) y su esposo fueron acribillados en su casa de Champlin, mientras que, pocos minutos después, el senador John Hoffman y su pareja resultaron heridos en Brooklyn Park. Las autoridades emitieron de inmediato una orden de refugio en el norte del área metropolitana de Minneapolis y activaron un operativo que todavía sigue en marcha.
Según los primeros informes oficiales, ambos ataques fueron “planificados y deliberados”, perpetrados por un individuo que se hizo pasar por policía para ganar acceso a los domicilios. El gobernador Tim Walz calificó la secuencia como “un acto dirigido de violencia política” y lamentó la muerte de su “amiga y colega insustituible”.
La trayectoria truncada de Hortman y el estado de Hoffman
Hortman llevaba dos décadas en la Legislatura y era reconocida por su defensa del medio ambiente y la justicia social. Abogada y madre de dos hijos, presidió la Cámara baja entre 2019 y 2022, etapa en la que impulsó la agenda climática más ambiciosa del Medio Oeste. Su asesinato deja un vacío notable en el liderazgo demócrata local.
Hoffman, de 60 años, dirige una consultora y fue vicepresidente de la Junta Escolar de Anoka-Hennepin antes de llegar al Senado en 2012. Continúa hospitalizado tras una cirugía abdominal; los médicos se declararon “cautelosamente optimistas” sobre su recuperación.
El libreto del impostor y la investigación abierta
Los detectives hallaron un vehículo con luces policiales falsas, uniformes apócrifos y un supuesto manifiesto político. Aunque el sospechoso escapó tras un breve intercambio de disparos, la Policía Estatal, el FBI y los alguaciles de tres condados trabajan bajo la hipótesis de un “solo tirador con motivaciones ideológicas”.
Una tendencia que va al alza
Lejos de ser un hecho aislado, la violencia contra funcionarios electos rompe récords en EE.UU. En 2024 el Capitol Police Threat Assessment Section investigó 9 474 amenazas contra congresistas y sus familias, un salto de 18 % respecto a 2023. Esa curva ascendente coincide con un clima político cada vez más polarizado: de 2021 a 2023, la mayoría de los ataques mortales estuvieron vinculados a agresores de extrema derecha, según un análisis de Reuters.
Ecos de otras agresiones
La muerte de Hortman evoca la balacera de 2011 en Tucson que dejó gravemente herida a la congresista Gabrielle Giffords y causó seis víctimas mortales. Más reciente, el complot para secuestrar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, sentenciado en 2023, demostró que los extremistas ya no se conforman con amenazas virtuales. El patrón es claro: la retórica incendiaria facilita la transición del odio digital a la agresión física. “Articular la idea es el primer paso para movilizarse hacia la violencia”, advierte el analista Mitch Silber, exdirector de inteligencia de la NYPD.
El espejo local armas y radicalización
Aunque Minnesota figura en la mitad inferior del ránking nacional de muertes por arma de fuego alrededor de 510 decesos anuales el incremento de homicidios con pistola ha sido del 86 % en la última década, según EveryStat. Expertos en seguridad apuntan que ese repunte coincide con un mayor flujo de grupos “milicia” que se mueven entre Wisconsin, Iowa y las Dakotas, aprovechando la disparidad de controles estatales.
El gobernador Walz anunció la creación de un grupo interagencial para revisar los protocolos de protección a funcionarios y propuso dotar a la Legislatura de presupuesto para seguridad residencial. Mientras tanto, los líderes comunitarios piden bajar el tono de la conversación pública. Como subraya la especialista Megan McBride “Nada obliga a que la escalada verbal desemboque en balas; depende de nosotros enfriar el ambiente”.
Las banderas ondean a media asta en el Capitolio de Saint Paul. El recuerdo de Hortman servirá de recordatorio esperemos que permanente de que la democracia se defiende con palabras, no con pólvora.