Del 10 al 12 de junio, Santo Domingo se convirtió en punto de encuentro para expertos de 28 países que llegaron a debatir cómo llevar las competencias digitales y con ellas las oportunidades económicas hasta los rincones más olvidados del planeta. La cita, el Taller Global sobre Centros de Transformación Digital (DTC) y la reunión anual de Centros de Formación, puso a los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) dominicanos en el centro de la conversación.
Según los organizadores, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y Cisco, el foro sirve para alinear estrategias, medir resultados y disparar alianzas que aceleren la inclusión digital, con énfasis en mujeres, jóvenes y comunidades rurales. El hecho de que la UIT escogiera a los CTC como anfitriones no es casualidad; reconoce un modelo que combina tecnología, desarrollo comunitario e integración social.
Ese esfuerzo llega en un momento clave el 85 % de la población dominicana ya usa internet una penetración que supera la media latinoamericana, pero que sigue dejando a uno de cada seis compatriotas fuera de la revolución digital.
Garantizar que nadie se quede atrás es justamente uno de los ejes de la Agenda Digital 2030, la hoja de ruta oficial que articula conectividad, gobierno electrónico y educación tecnológica. El Gabinete de Transformación Digital la diseñó para que cada ministerio y cada proyecto público-privado remen en la misma dirección hasta finales de la década.
Aun así, la región presenta un déficit serio de talento el 84 % de las empresas latinoamericanas planea capacitar por su cuenta a su gente porque no encuentra suficientes profesionales con habilidades digitales, revela el Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial. La brecha es más profunda en áreas rurales y entre mujeres, lo que hace más valioso el intercambio de buenas prácticas que se vivió en Santo Domingo.
Durante la agenda, los delegados visitaron el CTC de La Nueva Barquita, donde vieron de primera mano cómo aulas llenas de laptops conviven con talleres de emprendimiento y programas para personas privadas de libertad una fórmula criolla que ha demostrado reducir la reincidencia y abrir puertas laborales.
“Este Taller Global es una oportunidad invaluable para impactar miles de jóvenes dominicanos en condición de vulnerabilidad; los resultados tangibles de los CTC hablan solos”, subrayó Isidro Torres, director general de los centros, mientras el Dr. Cosmas Zavazava, director de la UIT, resaltaba el compromiso del país con llevar habilidades digitales a quienes más las necesitan.
Más allá de las fotos protocolarias, el valor real quedará en los acuerdos de cooperación firmados cursos de ciberseguridad con certificación internacional, becas para mujeres en STEM y pilotos de inteligencia artificial aplicada al agro. Si se ejecutan con la misma energía con que se discutieron, la República Dominicana no solo consolidará su liderazgo caribeño, sino que también mostrará al mundo cómo la transformación digital puede y debe ser un proyecto de inclusión social antes que una simple actualización tecnológica.








