Una inusual calma comenzó a sentirse este sábado en varios frentes ucranianos luego de que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunciara una tregua con motivo de la Pascua ortodoxa. Horas más tarde, el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió de forma recíproca y planteó que el silencio de los cañones se prolongue más allá de las celebraciones religiosas.
Según publicó el diario elCaribe, Zelenski instruyó al comandante en jefe de sus Fuerzas Armadas, Oleksandr Syrskyi, para que le entregue un balance detallado del terreno y deje claro si se cumplen las condiciones para mantener la pausa operativa. El líder ucraniano recalcó que su país “responderá silencio con silencio, defensa con defensa”, pero advirtió que un solo ataque ruso bastaría para reactivar la artillería de Kiev.
Putin, por su parte, enmarcó la tregua como una prueba de “la sinceridad y la capacidad” de Ucrania para entablar negociaciones de paz que aborden las causas profundas del conflicto, un discurso que Moscú repite cada vez que pretende mostrarse abierto al diálogo. El Kremlin acusa a Kiev de haber violado más de un centenar de veces la moratoria previa sobre ataques contra infraestructuras energéticas, mientras que las autoridades ucranianas señalan que la mayoría de esos reportes carecen de verificación independiente.
¿Pascua o estrategia militar?
La Pascua ortodoxa que este año cae el 20 de abril ha servido en otras ocasiones como excusa para treguas breves. Sin embargo, las pausas anteriores se diluyeron en cuestión de horas; el ejemplo más claro fue la navidad ortodoxa de 2023, cuando los combates se reanudaron antes de que la liturgia matutina terminara. Analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) recuerdan que ambos bandos han aprovechado estas ventanas para reabastecer municiones, reorganizar unidades y cavar trincheras más profundas, lo que a menudo dispara la intensidad del fuego una vez que la tregua expira.
La situación humanitaria sigue siendo frágil la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos estima que, desde febrero de 2022, al menos 10 mil civiles han perdido la vida, aunque las cifras reales podrían ser bastante mayores en zonas ocupadas. Las agencias internacionales advierten que un alto al fuego prolongado facilitaría la entrada de suministros médicos y la reparación de redes eléctricas bombardeadas durante el invierno.
Reacciones internacionales
-
Unión Europea. Bruselas saludó la iniciativa, pero instó a ambas partes a convertirla en un cese del fuego verificable por observadores independientes.
-
Estados Unidos. El Departamento de Estado calificó la propuesta rusa como “insuficiente” si no incluye la retirada de tropas de territorio ucraniano.
-
China y Brasil. Ambos gobiernos insistieron en convocar una “conferencia de paz de amplio espectro” antes de mediados de año, siguiendo la hoja de ruta que Pekín presentó en 2023.
¿Qué puede venir después del domingo?
Si la calma se mantiene hasta el lunes, Kiev podría intentar negociar corredores humanitarios permanentes en ciudades del este, mientras Moscú buscaría condicionar cualquier mesa de diálogo a la “neutralidad” ucraniana y a garantías sobre el estatus de los territorios ocupados. Nada de eso se logrará rápido: los expertos recuerdan que la ratificación de acuerdos de seguridad requiere la bendición de parlamentos y, en muchos casos, referendos nacionales, un proceso que difícilmente avance mientras las partes no definan dónde corre la línea del frente.
Un respiro corto, pero necesario
Para la población civil, cada hora sin drones ni artillería es un alivio. En medio de la precariedad energética, las iglesias se preparan para las misas de Pascua con velas y generadores portátiles, y las estaciones de tren registran un leve repunte de refugiados que regresan a sus provincias con la esperanza de reencontrarse con familiares. Esa sensación de tregua, aunque sea efímera, recuerda que la normalidad aún es posible siempre y cuando los fusiles permanezcan bajitos.