Trump decepcionado con Putin da 2 semanas para probar paz

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fijó este miércoles un plazo de catorce días para que Vladímir Putin demuestre, con hechos y no con discursos, que realmente quiere frenar la guerra en Ucrania. De lo contrario advirtió “responderemos de forma diferente”.

Según la agencia EFE, la Casa Blanca quedó irritada tras los ataques rusos de la última semana contra Kiev y otras ciudades ucranianas, ocurridos apenas horas después de que ambos mandatarios hablaran por teléfono sobre una posible “hoja de ruta” de paz.

Trump, que hace solo nueve días recibió la propuesta de alto el fuego por parte del Kremlin, recalcó que el mandatario ruso “está jugando con fuego” y que en “una semana y media, dos a lo sumo” sabrá si Moscú lo está “llevando de la mano” o si hay voluntad genuina de diálogo.

Bombas sobre la mesa de negociación

Mientras Washington calibraba su siguiente movimiento, los misiles rusos volvieron a caer sobre la capital ucraniana. Funcionarios del Pentágono, citados por Reuters, describieron los ataques como la oleada de drones y cohetes “más intensa en meses” y confirmaron al menos una decena de víctimas civiles. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, replicó con drones de largo alcance y volvió a pedir a la Unión Europea endurecer las sanciones.

En paralelo, el principal negociador ruso, Vladímir Medinski, aseguró estar listo para retomar en Estambul la discusión del memorando de arreglo. Kiev ya remitió su contrapropuesta y fuentes diplomáticas turcas manejan el 2 de junio como fecha tentativa para un nuevo cara a cara.

¿Qué quiere Moscú?

Tres fuentes cercanas al Kremlin dijeron a Reuters que Putin exige dos garantías previas: frenar cualquier ampliación futura de la OTAN hacia el Este y levantar “una parte sustancial” de las sanciones occidentales impuestas desde 2022. En Washington, legisladores republicanos y demócratas ven esas condiciones como “inaceptables”, pero reconocen que el margen de maniobra militar de EE. UU. es limitado sin implicar directamente tropas sobre el terreno.

La presión de los socios y el factor doméstico

El ultimátum de Trump coincide con los preparativos de la cumbre de la OTAN que se celebrará en Varsovia el 11 de junio. Fuentes europeas confirman que se baraja un “paquete de sanciones exprés” por si Moscú ignora la ventana de dos semanas. Al mismo tiempo, el mandatario estadounidense encara críticas internas sectores de su propio partido lo acusan de “blando” por no detallar las represalias, mientras los demócratas piden “acciones concretas” antes de que Putin vuelva a mover ficha.

Más allá de la geopolítica, la dinámica influye en la campaña presidencial de medio término. Una respuesta tibia puede costarle apoyo entre votantes hartos de la guerra, pero una escalada abrupta entrañaría riesgos económicos justo cuando la inflación da señales de repunte.

Lo que viene

En los próximos quince días la pelota estará en la cancha del Kremlin. Si Putin reduce la intensidad de los bombardeos y se avanza en Estambul, la Casa Blanca podría facilitar que los europeos flexibilicen ciertas sanciones especialmente las relacionadas con fertilizantes y trigo a cambio de un alto el fuego verificable. Si no, los asesores de Trump evalúan restricciones financieras dirigidas a la élite rusa e incluso limitar el acceso de Moscú a tecnología para la producción de misiles.

Por ahora, Trump mantiene abierta la puerta a reunirse personalmente con Putin y Zelenski “si hace falta” para destrabar las conversaciones. Pero dejó claro que ver caer cohetes sobre barrios residenciales “no es un relajo” y que Washington “no lo va a permitir”. La cuenta regresiva empezó.

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