Wall Street empezó la jornada con el freno de mano puesto el Nasdaq se inclinó 0,28 % al alza, el S&P 500 ganó 0,19 % y el Dow Jones prácticamente no se movió, cediendo 0,03 %. Entre bambalinas, el ambiente sigue atado al pulso comercial que Washington y Pekín juegan esta semana en Londres.
Según la agencia EFE, los equipos negociadores viven su segundo día de reuniones buscando aflojar la guerra arancelaria y, sobre todo, destrabar dos piezas clave: las tierras raras chinas y los chips estadounidenses.
Los inversionistas miden cada titular. IBM, Chevron y Nike encabezaban las subidas iniciales, mientras McDonald’s, Home Depot y 3M mostraban debilidad. El crudo WTI también tiró para arriba, tocando los 65,49 dólares el barril, señal de que la tensión geopolítica sigue metiendo ruido en los precios de la energía.
Rare earths vs. semiconductores la ficha de cambio
Detrás de los números hay un trueque explícito. Washington pide que Pekín libere el flujo de tierras raras indispensables para autos eléctricos y defensas y a cambio estaría dispuesto a relajar parte de los nuevos controles que impiden a China comprar cierto software para fabricar chips. Kevin Hassett, jefe del Consejo Económico Nacional, lo dejó claro: la prioridad es que China “deje de ralentizar” los envíos de minerales estratégicos; solo así se plantearía aliviar algunas restricciones, pero sin tocar los chips de inteligencia artificial más avanzados de Nvidia.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, fue igual de directo al llegar al hotel londinense: “Las conversaciones van bien”, afirmó, aunque reconoció que aún queda “todo un día de discusión” por delante.
La carta fuerte de Pekín
China llega con ventaja táctica. Controla casi por completo la refinación de tierras raras y este año ha recortado sus exportaciones a EE.UU. más de 20 %. Analistas citados por The Washington Post recuerdan que, aunque su economía también acusa el golpe arancelario, Pekín juega su “carta de oro” en minerales críticos, un as bajo la manga que obliga a la Casa Blanca a negociar con más cautela.
Un optimismo con fecha de caducidad
En la práctica, el mercado muestra optimismo moderado. Reuters describe una estabilización global en la renta variable gracias a la expectativa de un gesto conciliador que rebaje la tirantez comercial. Aun así, pocos apuestan por un “giro de 180 grados”: el acuerdo en Londres apunta a destrabar suministros esenciales más que a tumbar aranceles abultados.
Qué significa esto para el bolsillo
Para el inversor dominicano y para cualquier gestor en la región el mensaje es simple si Washington consigue más tierras raras, la cadena de producción de autos eléctricos y renovables podría normalizarse, aliviando costos. Pero si el diálogo descarrila, los precios de componentes electrónicos y vehículos podrían seguir subiendo, pegando un coletazo a la inflación importada.
Por ahora, Wall Street se mueve con paso corto, midiendo cada declaración y esperando humo blanco o, al menos, que no se encienda otra chispa.